Sí, en números fríos con lo que se pagó a la empresa Pasa se pudo construir otra ciudad con infraestructura urbana moderna y sin problemas de drenaje, pero el mal manejo del contrato con la concesionaria del servicio de limpia provocó un caos y una pesada carga financiera para el municipio.

El año pasado la alcaldesa, Karla Córdova, dio el primer paso con la disolución del contrato firmado en 2007, pero quedaba un pendiente de 13 millones de pesos que quedaron como deuda desde la administración de Lorenzo de Cima, monto por el cual la compañía mantuvo demanda contra el Ayuntamiento hasta esta semana que se acordó reconocimiento del adeudo y el pago de 13 millones de pesos que con seguridad serán los últimos que reciba la empresa de Monterrey.

Ahora, sin Pasa, el gobierno tiene carros recolectores y la posibilidad de convertir en rentable la operación del relleno sanitario que implica ganancias importantes si se maneja como se debe y de ese mismo recurso puede salir para fortalecer el equipo de servicios públicos que hasta ahorita no ha tenido grandes quejas sobre el trabajo en la limpieza de la ciudad, con algunas excepciones en sectores que deben atenderse.

Es decir, no hay quien extrañe a Pasa ni a sus cobros excesivos ni el sistema de cobranza insensible que condenó a ciudadanos a vivir entre la basura, esa empresa ya se fue con mucho dinero, le toca hoy a autoridades municipales esmerarse por prestar un servicio eficiente que es el que demanda la comunidad desde hace décadas.