Desde el año pasado, la Contraloría debió turnar a la sindicatura todos los expedientes abiertos por corrupción en los cuales se puede comprobar con evidencia contundente la probable comisión de delitos de servidores públicos porque aun cuando ya hay casos que se investigan en la Fiscalía, son muy pocos comparados con el desastre observado en la cuenta pública.
Según el Instituto de Auditoría y Fiscalización en la revisión financiera se encontró el pago de 2 millones de pesos a personas que no se encuentran en nómina, además hubo quienes cobraron sueldo y además recibieron dinero público por otros conceptos. Se hallaron facturas sin soporte, falta de contratos de arrendamiento, se ocultó información en varias dependencias municipales donde no se localizaron documentos del último año de gestión de Francisco Genesta.
Más otras anomalías que provocaron la calificación de 3 para el Ayuntamiento de Empalme, lo que lo coloca como el peor municipio del 2021 sin que a la fecha exista una sola sanción para ex servidores públicos lo que generó la comparecencia del contralor Leobardo Olmos ante ediles y no es para menos porque el alcalde Luis Fuentes empeñó su palabra de combatir la corrupción y es el principal interesado en que exista una resolución clara y transparente para no ser cómplice de irregularidades.
Por eso el titular del órgano de control y evaluación gubernamental tiene hasta el mes de diciembre para sacar adelante las carpetas de las anteriores administraciones en un plazo que él mismo planteó y seguramente habrá de cumplir porque solo se trata de atender lo que la Ley dice y que la comunidad empalmense demanda: que ningún ex servidor público corrupto se quede sin pagar por el quebranto patrimonial y el desastre que dejaron en Empalme.