Esto por el rezago impresionante en la mayor parte de los sectores de la ciudad en virtud de omisiones en gobiernos anteriores desde el comienzo de este milenio en la administración donde el Ayuntamiento firmó contrato con una empresa llamada Lustronic que cobró millones de pesos por luminarias defectuosas.

Apenas se había pagado por ese proyecto fallido cuando surgió el escándalo de Miffel con la renta de focos que no sirvieron de mucho para resolver la demanda de la gente, pero sí metieron en aprietos al gobierno municipal.

Pasaron tres trienios para que se pudiera saldar el adeudo con esa compañía y todavía en la administración de Sara Valle se insistió en privatizar el servicio lo que no prosperó gracias a la resistencia de la oposición, pero dejaron un Guaymas en penumbras.

Así encontró la ciudad la doctora Karla Córdova que tiene entre sus proyectos el programa Sendero Seguro que busca iluminar vialidades de alto paso de mujeres trabajadoras y además existe el compromiso de instalar seis mil focos más para resolver en definitiva el rezago heredado de otros gobiernos.

Para lograrlo el Ayuntamiento deberá aprender de las lecciones del pasado y no pactar con empresas de dudosa eficiencia, hacer lo mismo que promovieron en el problema de la recolección de basura, donde alcanzaron a concluir en buenos términos con PASA y han podido cumplir con la recolección de basura y hasta invertir en camiones.

En el alumbrado público se necesita comprar equipo que sea útil y tener personal adecuado para iluminar la ciudad como lo espera la ciudadanía guaymense.