Por algo cada trienio se promete y no se cumple debido a la complejidad de la CEA desde su operación, la deuda histórica, la carga laboral y la administración en general con un servicio deficiente e infraestructura obsoleta.
Con todos los problemas de la Comuna no hubo un solo gobernante capaz de abonarle conflictos a la crisis y lo más cercano que estuvieron de un procedimiento similar fue con Sara Valle cuando se formó una comisión de análisis con personal de la Comisión Estatal del Agua y el Cabildo con un objetivo que no se alcanzó.
Hoy con otro gobierno en Sonora se retoma el trámite ya con plazos y más seriedad iniciando una etapa de transición en la que ambas partes deben ser cuidadosas para evitar colapsar el servicio de por sí malo y complicado.
La alcaldesa Karla Córdova ha dicho que se dará un proceso transparente para asumir con responsabilidad el reto de mejorar el servicio y con ello toma las riendas de un organismo que solo da problemas, incluso al Ayuntamiento que ha tenido que ser mediador para disipar bloqueos y hasta inversionista por la falta de recursos y las deudas que limitan el trabajo en las calles.
Así que de antemano el Ayuntamiento ya padece las consecuencias de una dependencia ineficaz y lo que buscará ahora es resolver los problemas de manera directa con más agilidad y dinamismo. Sin duda, es un propósito difícil que ameritará presupuesto extraordinario para atender todas las demandas de usuarios que no han recibido atención y con la transición podrán tener la esperanza de contar con agua y un servicio digno que la CEA nunca pudo consolidar.