Nada más él porque entre los demás no se ha creado un líder o lideresa capaz de tener carrera exitosa sin AMLO. Así como se lee y se coloca el Dedo en la llaga de más de una conciencia atrapada y mareada con el refrendo dominical a la 4T, así tiene que decirse para evitar confusiones entre tantas muestras de lealtad hacia la figura presidencial.
Él, Andrés Manuel López Obrador demostró una vez más su fuerza a prueba de toda crisis y sin desgaste por el ejercicio del poder, él volvió a abarrotar el Zócalo, él se dejó querer entre los miles de asistentes que acudieron a la ciudad de México para verlo y ser parte del evento histórico. El Presidente afianzó su fuerza política, él emitió un discurso que hizo cimbrar a la muchedumbre, él rindió cuentas y sus fieles lo ovacionaron a él, solo a él.
Así de firme se encamina en el quinto año de poder, pero es solo él, ni siquiera su partido Morena que solo es espectador y apoyo del éxito de AMLO, menos aquellos que han cosechado victorias por la siembra de la semilla lopezobradorista que todavía alcanzará para producir nuevos triunfos siempre y cuando se generen dentro de los principios de la cuarta transformación.
Es decir, hoy luego de dos días de la marcha, el Presidente sigue siendo fuerte y los demás no, algunos políticos regresaron a sus lugares de origen con muchas fotos, vídeos, tomas de drones donde se aprecia la ola humana a favor de López Obrador pero nada de eso les pertenece, no se trajeron ni una simpatía más, de hecho, tendrán que trabajar más para ganarse un lugar en el proyecto de la esperanza porque si algo dejó el encuentro masivo de lealtades es una lección de humildad que más de uno debe aquilatar para plantear su futuro.
Está claro que sin el presidente no hay liderazgos y que la gente simpatiza con el hombre de pueblo, cercano a su gente, que camina entre la ciudadanía, que habla de cara a la comunidad, que rinde cuentas con sencillez y agradece el apoyo que lo mantiene en el poder.
Y para llegar a tener una poca de la luz que refleja el proyecto de la 4T, las y los políticos de esa línea tienen que ser así, entender que sin AMLO no ganan, deben recuperar la sencillez para aceptarlo, encontrarse con la sociedad, responder a las principales demandas sociales y, lo más importante, deben gobernar con sensibilidad y sentido humanista para aspirar algún día a ser más que una pieza de apoyo en un escenario donde se necesitan nuevos y reales liderazgos.