Por increíble que parezca y en tiempos donde se enaltece en discursos el compromiso de las instituciones por generar seguridad a mujeres, una profesora de primaria perdió los estribos ante un grupo de alumnas que cometieron una falta para la cual había cualquier cantidad de correctivos disciplinarios.
Pero la docente las insultó, las condenó a embarazarse a los 15 años y a ser prostitutas como si la ofensa a su honor fuera el camino para resolver una mala conducta, cuando lo que hace es describir el interior de la conciencia de la maestra que algún problema debe tener para asociar a niñas con sexo servicio.
Lo malo es que la ignorancia todavía permea en todos los sectores incluyendo el educativo, donde falta sensibilizar a docentes sobre la violencia de género, el delito que se configura al atacar verbalmente a una estudiante por el hecho de ser mujer y las sanciones penales que pudiera enfrentar aquella persona que sea responsable de lastimar el honor de alumnas como lo hizo la profesora.
Ojalá que los padres de las afectadas procedan legalmente para que la fiscalía investigue el caso, que se marque un antecedente y se castigue a la responsable porque no se puede cuestionar a las nuevas generaciones por los pleitos y riñas, si todavía existen docentes que prefieren insultar y violentar estudiantes a contribuir con una correcta formación.