Tres años han pasado después de la suspensión de actividades masivas por el crecimiento exponencial del Covid en la región y en el mundo con el sacrificio para miles de personas obligadas al aislamiento social para evitar contagios.

Superada la dura prueba para la humanidad y en un proceso de recuperación doloroso por la crisis económica y el duelo por las personas fallecidas por el virus, era necesario recuperar la fiesta más grande de Guaymas porque con ello se concluye una etapa difícil para dar pie a la convivencia directa de familias, alegría en las calles y reactivación de algunos giros comerciales.

Sobre el Carnaval, vale la pena destacar la labor de corporaciones policiales de los tres niveles de Gobierno que han colaborado para mantener baja la estadística de delitos graves estos días.

De igual forma, el reconocimiento debe ser para las autoridades de Festividades, pero principalmente para la gente, las familias que a pesar del clima salieron a la avenida Serdán a disfrutar del desfile o de bailes en el centro histórico.

Valió la pena la espera, los comentarios de la ciudadanía son positivos y eso es lo que debe prevalecer para seguir con las tradiciones que son parte de la esencia del puerto de Guaymas.