Por la falta de elevador se han retrasado operaciones urgentes, se ha complicado el cuadro de enfermos del corazón y hasta se habla de casos de pacientes con preinfarto durante el ascenso por las escaleras cuando se supone que en un hospital se acude para aliviarse no para empeorar los malestares.
En el seguro social de Guaymas es todo lo contrario porque no hay capacidad de la directora Imelda Ramírez cuya cerrazón le impide resolver problemas elementales para el funcionamiento de una institución que adolece de todo, razón por la que tiene que imperar la capacidad de gestión, no hay más o, en su defecto, el poder de presión para agilizar la canalización de recursos para Guaymas, pero la doctora no se aplica ni ejerce su función como jefa, ella asume que si no molesta a sus superiores con problemas van a mantenerla en el cargo aunque el hospital se esté cayendo y eso no se vale.
Ya los derechohabientes han sufrido mucho por todas las necesidades que hay tanto de equipo como de personal para que ahora existan más fallas que la directora pretende ocultar para quedar bien con sus jefes y así no se va a resolver la situación en el IMSS.
La doctora tiene que abrirse a la crítica, aceptar que se ha equivocado al alejarse del personal médico y cambiar su actitud para volverse gestora de recursos y representante de los derechohabientes de Guaymas a quienes debe respeto y consideración porque su función es esa, darles atención, mejorar el servicio para los enfermos y no actuar exclusivamente a beneficio de intereses de directivos insensibles del Seguro Social.