Este siglo se ha caracterizado por cierta pasividad del gobierno en cuanto a obras magnas, la última pudiera ser el Libramiento San José Puente Douglas y el Malecón Turístico durante el sexenio de Bours y la administración de Antonio Astiazarán; mientras que en Empalme se recuerda el puente elevado en el Kilómetro Dos con Guillermo Padrés y Javier Caraveo.
Después de esos trabajos hubo otros con menor impacto, pero de cierta trascendencia como los canales embovedados en tiempos de César Lizárraga y la modernización del bulevar Costa Azul con Otto Claussen. Luego de esas obras los municipios de Guaymas y Empalme entraron en una especie de gran bache hasta que Alfonso Durazo proyectó invertir en un programa inteligente con visión de desarrollo llamado Vialidades Emblemáticas, término apropiado para describir lo que representan la avenida Serdán y la Reforma tanto en la economía por ser altamente comercial como en la historia de los dos municipios y en la vida diaria porque la mayoría de ciudadanos y ciudadanas circula por ahí una vez al día.
Así nació el proyecto que inició el año pasado a la altura del Recinto Portuario y la semana pasada en las calles 14 y 25 donde la mejor noticia es que se va a reponer la infraestructura hidrosanitaria para acabar con el problema de derrames de agua potable y drenaje en beneficio de comerciantes y la comunidad en general.
Claro, como todo progreso hay un costo y ese es el cierre de la vialidad durante varios meses, para lo cual se ha dispuesto de una estrategia vial en la que el gobierno no debe escatimar en cuanto a presencia de oficiales de Tránsito y acercamiento con vendedores ambulantes que van a ser removidos por la condición misma de los trabajos. Y el otro punto a resolver está en los tiempos de la obra que es complicada y amerita toda la atención de la constructora para evitar los retrasos e inconvenientes que se han visto en otros casos. Por lo demás, Guaymas retoma el camino del crecimiento en infraestructura urbana con una obra magna que hará trascender al Gobierno del Estado y al Ayuntamiento porque significa resolver problemas de salubridad, crecimiento para el comercio y dignificar la vida diaria de las familias guaymenses.